Dicen que no hay que tenerle miedo a la oscuridad, pero la oscuridad marcó mi vida. La luna y las estrellas han sido testigos de aquella oscuridad. El viento soplaba y el cielo relampagueaba. La luna y las estrellas sintieron miedo, pero la luna sabía que, aunque el viento soplara y relampagueará, habría alguien que las olas calmaran, porque dios les daría una nueva luz a aquella tormenta que tan duro soplara.
Johana Pantoja Delgado
Gobierno sobre mí elijo por mi cuerpo, por mí, por lo que quiero. Destierro el abuso, el dolor, el dar sin medida. Y aunque caiga, me levanto. Y aunque tiemble, me sostengo. Y aunque tenga miedo, avanzo. Soy dueña de lo que soy y lo que seré, y no permito que el amor se convierta en mordaza, que el deseo se vuelva ultraje, que el querer se transforme en trampa. No necesito un rey a quien secundar porque en mi cuerpo de mujer ya tengo trono. No necesito que me gobiernen porque mi mente está sembrada en libertad. Sólo necesito esta boca que respira, que habla, que se alimenta, que besa. Sólo necesito esta boca para proclamar que soy mujer y eso me basta.
Angie Paola Palacios Palacios
Mi corazón grita sin cesar, porque siendo un capullo le arrancaron unos pétalos, pétalos que nunca volverán. Sin mostrar compasión especialmente con personas inocentes en pleno día y, en un potrero cerca de las montañas, grupos de desalmados pisan el tallo de un girasol. Te fuiste sin despedirte, me dejaste un gran dolor, dolor como una amargura, amargura que no se curaría, aunque exista un nuevo amor. Podría decir tantas cosas, pero, si te fijas, mis palabras tiemblan al hablar, las heridas de mi cuerpo gritan sin cesar. Mi corazón late más fuerte al recordar al ángel que me ofrece sus alas cuando ni siquiera me acuerdo de volar.
Flor Elit Gutiérrez
¿Qué pasaba de noche? ¿será por eso que le sucedió esto? ¿acaso no pudo ser libre, como el colibrí? ¿será que la noche era como la boca del lobo? Pero no lo sabía. Muy inocente, a pesar de lo que sabía. Pero aun así se hizo muy fuerte. Una semilla llamada girasol le dio paz, amor y vida. La esencia de la vida de la crespa se llama girasol, gira todo entorno a su vida. Las marcas de mi cuerpo sólo quedan plasmadas, como un tatuaje. Y aún el dolor pude pasar, pero el tiempo no lo borra. Mis amigas se fueron, hoy no están. Sólo la crespa quedó contando el cuento de lo sucedido, que muchas no lo pudieron contar. Por eso tengo testimonio de vida.
Luz Stella García Carrillo
La joven de 19 años muy apegada a su madre, preocupada por el bienestar de su madre, corrió a acompañarla sin medir las consecuencias, porque se sentía segura al lado de quien la trajo al mundo, sin imaginar lo que, al llegar la noche, le iba a pasar. Nunca en su corta vida imaginó. Pero esa flaca, a pesar del dolor de la guerra, siempre se dedicó a luchar por el bienestar de su gente, de su pueblo. A pesar de las miles de dificultades, de los miedos, de tantos obstáculos que hay, nunca se rinde, siempre con la buena energía. Como las mariposas, volar y volar.
Deissy Quiñones Lozada
Me quisiste hacer daño alguna vez. Tal noche pensé que iba a ser una noche de paz y armonía, no contando con que iba a llegar la tormenta más grande de mi existir. Fue como si un huracán me destrozara lentamente. Pero salió el sol y me ilumina el camino de la vida. Me arrodillo y le pido a dios que me dé fortaleza y valentía para que esa tormenta no pise más mis zapatos, porque, ay de ti tormenta, donde llegues a mí, porque yo te enfrentaré con toda la fuerza que dios me brinda. Naslyn Salas Palma Reclutada a mis 11 años. Desde mi primer día de reclutamiento fui abusada. A mí me educó un árbol, se llama la bamba, donde el tigre se lima las uñas. Este árbol fue mi todo, mi escondite, mi madre. Hablaba con él, le conté todo lo que me pasaba. Lo abrazaba porque en ese momento era mi madre. Las armas fueron mis muñecas, las granadas fueron mis balones. Me reventaron los glúteos por jugar a las muñecas de barro con otras niñas de mi edad. Me fui con una ilusión, de ayudar a mi madre y nunca lo pude hacer. Todo me salió mal. Para aquellos que tienen a sus mamitas, valórenlas. Ellas son todo en nuestras vidas.
Florenia Parra
Aquella noche oscura perdí para siempre mi felicidad, mi amor, tu amor, mi único amor. La violación y tu asesinato frente a mí me dejaron desamada para siempre. Mi vida cambió y desde entonces el dolor y el sufrimiento me acompañan. Persistieron en mi ser más ataques violentos para silenciar mi voz, trayendo con ellos deterioro en mi salud, y esta luz resplandeciente, su llama se quiso opacar, pero la tenacidad prevaleció, cual ave fénix renació. Gracias por tu amor, al que nunca olvidaré.
Esterh Judith Ospina Álvarez
Mi espejo no me refleja, me dejaron invisible. Como un rayo, abrió mi tierra en dos, espernancada de vergüenza, ¡quedó rota! He gritado con silencios lo inhumano de un humano al verme desamada y rota en mil pedazos. La brutal indiferencia me condena a pegar mis restos, con rabia, con lágrimas, aunque ya haya muerto. Neylan Fabiola Díaz Rairan Se formó con un grande amor, con alta grandeza, pero lo estigmatizaron con flechas de espadas, bloqueando los proyectos, arrancando los derechos como persona que soy, a punto de dejar caer gotas de sangre, pero por el camino se ha ido curando.
Luz Marina Silva Quitran
Como una rosa en su pleno florecer fue marchitada una mujer. En un negro atardecer de su vientre arrancaron la vida de un ser, que no dejaron nacer. Todavía quedan huellas oscuras por reconocer, y esperanzas marchitadas en la vida para volver a nacer. Soy agua marina, belleza tropical, y, tanto a orquídeas como a rosas, nos arrancaron la dignidad. Desamadas para siempre en esta cruel sociedad.
Fanny Escobar Hernández
Frustrada y sin amor en mi edad de marchitarse la primavera, pretender omitir mi tristeza es cual jarrón quebrado y tratado de curar. Nunca olvidaré ese olor a armonía con aires de villancicos y una luna enrruanada, testigo de mi horror. Pero el amor eterno y filial fue mi único escudo sanador. Hoy me revisto con cantos de aves al amanecer, frutos del creador.
Celmira Mooere Ramos
Sepulcro abierto es mi cuerpo, condenado al silencio y a la oscuridad de cargar el dolor de lo que significa nacer mujer. La noche y la niebla, cómplices de mi angustia y verdad, lágrimas que caen a la tierra y hacen zanjas. Mi llanura me mostró la fiereza y crueldad del hombre en la guerra, cuando un arma empaló mis sueños y alma de niña. Mi cuerpo es un sepulcro, vivo o muerto, no sé.
Ludirlena Pérez Carvajal
En el sentido más puro del humano tengo una herida. No ha sanado por completo, quedó la marca que dejó aquel león en mi alma. Ahora la siento tan marcada, como si fuera una cebra, fui su presa. Ahora soy presa de mi propio dolor.
Yorinder Lucía Restrepo Giraldo
Que el tiempo cure tus heridas lentamente y encuentres en la esperanza tu abrigo, la solidaridad te envuelve, porque mereces un mundo sin castigo. Que el coraje que palpita en tu ser sea un ejemplo de valentía y poder, un grito que desafía lo establecido, exigiendo cambios, un futuro redimido. Que el tiempo sea testigo de tu resurgir, de tu valentía y tu fortaleza inquebrantable, y que nunca olvides que siempre puedes existir con amor. Tu voz será inquebrantable.
Yulieth Natalia Triana
Pensé que ser niña iba a ser la mejor de las experiencias, pero te conocí a ti, oscuridad. Vaya, no pensé que tú ibas a ser la peor de las experiencias. Con tan sólo 12 años viví algo que a ninguna niña tendría que pasar. Ay oscuridad, gracias a ti soy más fuerte, más que el gran temor que te tengo. Ni creas oscuridad que vas a pasar por encima de mí, porque hoy, gracias a dios, te puedo enfrentar y darte la pelea. Porque ya no soy esa niña indefensa que aquella noche destrozaste. Cuatro piedras puestas en mi camino. Aquella noche sufrí el peor de los dolores más inexplicables, y la vergüenza que enfrento día a día frente a mi familia y comunidad. Pero cuento con un gran apoyo de parte de la señora Ángela Escobar.
Asny Salas Palma
Cuando te perdí lloré con el alma. Mi peor enemigo es tu recuerdo. Empezaron las limitaciones y las frustraciones. La oscuridad llegó a mi vida con tanto rechazo y sufrimiento, donde me hicieron sentir que mi llegada fue un error. El silencio se convirtió en un mar infinito de dolor. Todo se tornó oscuro y nada volvió a ser como antes.
Luz Mayerlis Suárez Anaya
Una tarde de desgarre donde destruyen el jardín las flores se desesperan, no quieren ser destruidas, la lluvia se torna muy fuerte, hay tormenta, hay rayos. Toca correr, huir, para ponerse a salvo. Se cambian de jardín contentas las flores, piensan en el cambio de las cosas, pero aún no saben que les espera el profundo dolor y miedo que vienen acompañados de una gran soledad y rechazo.
Sor Eulande Henao Mazo
Me gusta la gente valiente capaz de entender que el mayor error del ser humano es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón. No al dolor. Sí a la alegría. No a la guerra. Sí a la paz.
Leydi Diana Cacais
No conté nada, me callé por mucho tiempo. No es fácil ni callar, ni contar. Pero estamos en la lucha y yo no quiero volver a morir. Busqué ayuda y dios puso en mi camino unos psicólogos, quienes me empoderaron para contar mi historia. Con mucho miedo y titubeando lo logré. Yo pensaba que, si se sabía, yo no podía seguir adelante. Pero aquí estoy firme, empoderada y quiero vivir sin miedo, y gozarme el momento de vida que me queda.
Rosa Montoya Ortiz
Hoy cuento con la dicha de estar viva, aunque tenga el corazón en mil pedazos, por no tener conmigo a las personas que sobrevivir no lograron, que la guerra me arrebato, y que hoy son ángeles que en mi ser se posaron.
Diana Tobón Henao
La inocencia que se perdió en momentos de dolor cambia la vida entera con tanta inseguridad, dolor, tristeza, soledad. Quisiera borrar todo en un segundo, pero en esa tarde de dolor quise borrar todo. Bajo el agua lavé mi cuerpo, mi alma, no mis heridas. Aún siguen.
Blanca Durfay Hernández
Mi triste recorrido por el sendero del río trae a mis recuerdos que la inocencia de mi niñez fue la triste historia de la maldad. El dolor de mi cristo en mi cuerpo hace que ame más a mi dios, que no me abandonó y me fortaleció. Mi vida es como un vaso roto que se quebró en mil pedazos, igual que una mujer desamada que no se puede enmendar con nada. Mi vida queda marcada como las aguas del río que dejan su huella.
Edilma Ramos Vásquez
Yo soy esa mujer a la que llamarían “rara”. Fanática de la luna, de los atardeceres y la lluvia. Una mujer con alma de niña y el corazón ensamblado, perdido en el tiempo. A causa del dolor que desgarró mis entrañas, es sentir que el nudo está en el alma y no en mi garganta. Es saber que no puedes hacer nada para poder olvidarlo, es perder tus colores sin querer perderlos y sentir que mi alrededor gira a blanco y negro.
Sonia Zamira López Castro
Hola hermanito Fredy, no sé si estás vivo o muerto. Sé que cuando tenía diez años y sentí mucho daño, fui violada y nadie me defendió. Sentí que quería morir, nadie me ayudó. Duré un mes con un dolor que no me dejaba ir al baño. De ese día sentí culpa. No podía decirle a mi mamá. Mi papá era muy agresivo y temía que, si le decía algo a ella, él podía hacerle daño. Pero de nada sirvió porque siempre la lastimaba, siempre intentaba matarla. Sola, con dolor, con culpa, y siendo una niña, llegaste tú, Fredy, como una presencia espiritual, vestido de blanco, me diste tranquilidad, calma y fuerza. No sé si estás vivo o muerto, pero quiero creer que a los diez años tu presencia, que llegó cuando sentía tanto dolor, me salvó.
Beatriz Moreno Sanabria
Tarde oscura y fría, como caminos abandonados que atraviesan fronteras inimaginables. En medio de desiertos solitarios y depresivos, autopistas que conducen al mismo destino, repletos de carros verdes, que rechinan bocinas, en busca de sus verdugos. Prejuicios que aborrecen lo más interno de mi ser, como marca de ganado que de un nuevo linaje te hace ser.
Joel Chayanee Toscano Rincón
Mi forma de querer se transformó con el tiempo, aquel día lluvioso que salí de la burbuja con amor, a buscar sueños, pero estabas tú, montaña, haciéndome un pare en mi vida. Desde ese día aprendí que mi forma de querer es bruta, diáfana y sin frenos que amortigüen. No sé si es la correcta o no, pero es la que me enseñaste, montaña. Hoy salí de la montaña. La dejé atrás y grito al viento: ¡lo logré! Hoy vivo para recuperar mis sueños perdidos, para poder conquistar un amor bonito.
Mónica Andrea Campos Pedraza
Cuando era niña confiaba en la protección de mi madre. Mi mamá no me mimó, no me protegió, me desamó. Desde entonces, pasan los años, pero no el dolor, no hay olvido y la necesidad de sanar sigue siendo mi carga. Necesito recuperar la fe en las mamás, para que la mía sea feliz y su existencia tenga sentido y la mía también.
Sandra Liliana Hurtado
Mujer tan hermosa, cómo irradias como rosa. La más hermosa, cabello de ángel, sonrisa radiante, mirada cautivante, como el inmenso mar calma la tranquilidad, boca de fresa, como rocío de campo, libertad de amor de dolor cautivo con tu hermoso corazón. Esencia tan natural, te hace única en tu forma que nadie te puede opacar con tu personalidad brillar como las estrellas, soñar, triunfar, perdonar.
Yamile Roa Lozada
Brilla, brilla el sol, brilla con su resplandor. Ahora ya soy una persona con muchas metas de seguir adelante. Fui una persona acosada sexualmente y es muy triste. Espero que no le pase a otras personas y, más que todo, a la juventud. Y me da tristeza que aquellas que en aquellas épocas no existía ley y, por otra parte, hoy en día sí hay ley para hacer justicia. Ya no nos podemos quedar calladas. Antiguamente había muchas violaciones y nos tocaba quedarnos calladas porque éramos niñas y nuestros padres se quedaron callados porque en esa época no existía la ley para defendernos como hoy en día, y seguir adelante, siempre con fe de dios.
María Deisy Cárdenas Arenas
Contigo, nuevamente contigo, amanezco como capullo en flor después de aquel suceso que marcó mi vida en dos. Contigo, eso es el vuelo de la mariposa hasta el fin del mundo, con la certeza de que venceré. Tristeza, gracias te doy, me enseñaste lo que yo aprendí el mundo espera de mí, todo el amor que tengo por dar. Espérame, aquí voy. Espérame, con amor.
Marisol Moreno Abril
Mi inocencia fue marcada de tal manera que el olor a hierba húmeda crea tristeza y ansiedad a mi alma, a mi ser, a mis entrañas y recuerdos. Sufro en silencio. Lo triste es que los adultos no creen en los relatos y normalizan la situación, creando una armadura. Quien hirió mi cuerpo creó un ser tan impenetrable que nadie puede ver lo dulce de su ser. Ser desamada por mi familia y por mí misma crea un dolor, lastima mi ser físico y emocional. Mi silencio es mi única salvación.
Leidy Tatiana Castrillo Buitrago
A veces me gustaría salvarte de todo lo que te hiere, facilitar tus lágrimas y cortar el alma de todo aquel que se atreva a romperte. Pero, amor, eres tan guapa, hasta cuando te golpea la rabia y no entiendes qué pasa. Es que es tan bonito verte levantar, contemplarte, sobrevivir y ver cómo te rescatas a ti misma.
Francy Culma Cacais
Cuando se habla de crueldad, no hay amor. Los dos ataques de violencia sexual me llevaron al desamor, dejaron mi corazón palpitando a mil. Hubo unos momentos en que me despedía de este mundo viviente. Se han perdido los sentimientos. Los victimarios en la guerra han sembrado impactos en nuestro cuerpo, nos han robado el alma, pero algo inesperado ocurrió cuando llegaron cuatro perros que sus ladridos me salvaron mi alma, sus lamidas curaron mis heridas y hoy su amor renace en mí como el ave fénix, la esperanza de seguir viviendo.
Omar Aguilar Silva
Desamada me sentí cuando me dí cuenta que de mis raíces me separaban los mares, y que sólo siendo una niña ignorante fui obligada a sufrir y a sangrar sin saber qué hacer. Y, como si me siguiera una pantera hambrienta, corrí y corrí, y nada fue posible que me librara de aquel monstruo abusador, el cual me robaba mi inocencia noche tras noche. Me acostumbré tanto al dolor que cada noche sentía y deseaba que el fin llegara, o que el dolor en mi vida se terminara. Para salvar mi vida tuve que asesinar aquel perro fiel que sufrió la guerra y el dolor conmigo. Esa decisión fue como lanzarme al río magdalena con las manos atadas. Desamadas nos sentimos todas las víctimas de abuso sexual y reclutamiento en colombia.
Jennifer Natalia Torres Cano