En su conferencia realizada en Bogotá y que tuvo lugar en Fragmentos, Espacio de Arte y Memoria el 27 de febrero de 2020, Andreas Huyssen, teórico cultural de referencia en los estudios de memoria colectiva, desarrolló el tema de una de sus más recientes investigaciones: el arte contemporáneo de construcción de memoria, surgido de la necesidad imperiosa de asumir la violencia del pasado. Explicó que, de forma paralela al boom de la memoria en 1990, la cultura contemporánea de consumo y de los medios de comunicación arma el olvido y promueve la amnesia histórica y la apatía política. Sin embargo, algunos artistas, originarios de espacios geográcos que están por fuera de los contextos sociales y centros artísticos europeos y norteamericanos, han integrado estas confusiones temporales para crear obras que hacen alusión a memorias locales y nacionales de violencia, y que, en una resignicación de estrategias estéticas de la modernidad artística y una diversidad indenible de medios, yuxtaponen presencia y ausencia, pasado y presente, lo virtual y lo real. Tales propuestas estéticas, que tejen una red de memorias en el presente con una apertura a futuros alternativos y que se inscriben en una lucha transnacional por los derechos humanos, se enfrentan a la destrucción del tiempo por parte de una amnesia colectiva.
Huyssen analizó el trabajo de Doris Salcedo (Colombia), Guillermo Kuitca (Argentina), Marcelo Brodsky (Argentina), Giancarlo Scaglia (Perú), Gladys Alvarado (Perú), William Kentridge (Suráfrica), Nalini Malani (India) y Vivan Sundaram (India). El arte de memoria desarrollado por Huyssen en su investigación, según ha asegurado, da una profundidad política y estética a las prácticas artísticas y a la experiencia del arte contemporáneo, que está ausente en el arte político de los proyectos curatoriales generados en los centros de poder y en los espacios del llamado “arte global”. Huyssen cita a Alexandre Kluge, quien consideraba a los artistas “guardianes de la gramática del tiempo… guardianes de la diferencia”.
*Esta charla hizo parte del ciclo de conferencias denominado El trauma y el monumento
fugitivo, realizado por Fragmentos en alianza con el Goethe-Institut.