El 23 de septiembre de 2021, la destacada filósofa y teórica política belga Chanta Mouffe presentó su conferencia “Afectos, política agonista y prácticas artísticas" en el marco del programa “Argumentos" organizado por Fragmentos, Espacio de Arte y Memoria y la Dirección de Patrimonio Cultural de la Universidad Nacional de Colombia.
Chantal Mouffe reflexionó sobre el papel de los afectos en la política y sobre cómo estos pueden ser movilizados por las prácticas culturales y artísticas dentro de un proyecto político contra-hegemónico. A partir de una crítica a las teorías liberales racionalistas e individualistas, Mouffe propone un modelo “agonista" de lo político, con el cual da cuenta del carácter inerradicable del conflicto en las sociedades humanas, la forma en que debe entenderse el pluralismo en democracia, la formación de identidades políticas colectivas en las disputas hegemónicas y el rol que las pasiones cumplen en ese proceso. Chantal Mouffe es sin lugar a dudas una de las más destacadas teóricas de la democracia en la actualidad.
El análisis de Mouffe parte de una comprensión disociativa de lo político que, en contraste con los enfoques agregativos y deliberativos de la democracia, sostiene que el conflicto es intrínseco a las sociedades humanas y, por tanto, inerradicable. Razón por la cual una política democrática no puede aspirar a la conciliación de todas las confrontaciones. Antes bien, el objetivo de la democracia sería construir un marco institucional que permita que los conflictos adopten una forma “agonista", es decir, una forma adversarial y no antagónica, de manera que la pluralidad de intereses y visiones en juego en una sociedad, que en último término son siempre irreconciliables desde un punto de vista racional, puedan coexistir sin desembocar en la guerra civil.
Mouffe sostiene que todo orden político es la articulación precaria y temporaria de prácticas hegemónicas contingentes. En consecuencia, ningún orden político democrático se sostiene en una comprensión “verdadera" de los principios de libertad e igualdad propios de las sociedades democráticas modernas. Esos principios y esas instituciones, por naturaleza, serán siempre materia de disputa. Así que de lo que se trata en democracia, para Mouffe, es de construir un consenso conflictivo en el que se respete el derecho legítimo de los adversarios a interpretar de manera distinta esos valores y las instituciones en que se inscriben.
Ahora bien, las prácticas artísticas y culturales, en general, tienen una capacidad privilegiada para movilizar las pasiones, justamente, de acuerdo con Mouffe, por cuanto operan principalmente al nivel afectivo y no en el del entendimiento. Por eso, juegan un rol clave en la constitución de la subjetividad y el sentido común; y, por tanto, en la creación, reproducción o cuestionamiento de cualquier orden político determinado. Por consiguiente, para Mouffe, la cultura y el arte deben estar a la vanguardia de cualquier proyecto contrahegemónico.